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Link sobre los modelos vespa





El origen

Piaggio fue fundada en Génova en 1884 por Rinaldo Piaggio, que por aquel entonces contaba con 22 años de edad.
La fábrica de Rinaldo se dedicó en un primer momento a las piezas para embarcaciones de lujo. Pero a finales de siglo, Piaggio producía también vagonetas, camiones de mercancías, vehículos de lujo y motores, tranvías y carcasas para camiones especiales.
Con la Primera Guerra Mundial se produjo una nueva diversificación que distinguiría las actividades de Piaggio durante muchas décadas. La empresa empezó a fabricar aeroplanos e hidroaviones. Las fábricas se iban extendiendo: en 1917 Piaggio abrió una nueva planta en Pisa, y cuatro años después se hizo cargo de una pequeña fábrica en Pontedera, que primero se convirtió en el centro de la producción aeronáutica (propulsores, motores y aeronaves completas) y tras la Segunda Guerra Mundial fue testigo del nacimiento del icono Vespa.

 

De la aeronáutica a la movilidad individual: la transformación de 1946

 

La guerra, que marcó un drástico hito en la economía italiana, fue también importantísima para Piaggio. La fábrica de Pontedera construyó el innovador P 108, equipado con cuatro motores Piaggio de 1.500 bhp, en las versiones de pasajeros y bombardero.  Sin embargo, las fábricas aeronáuticas de Piaggio en la Toscana (Pontedera y Pisa) resultaban importantes objetivos militares, y el 31 de agosto de 1943 fueron reducidas a escombros por los bombarderos aliados, después de que los alemanes, en retirada, hubieran minado los pilares de los edificios, dañando las fábricas de forma irremediable.
Para poder reconstruir las plantas de Pontedera, Enrico Piaggio le solicitó a los Aliados, que por aquel entonces ocupaban parte del terreno y edificios que se mantenían en pie, que le devolvieran la maquinaria transferida a Alemania y Biella. Lo hicieron rápidamente, y Armando y Enrico Piaggio comenzaron entonces el proceso de reconstrucción. La tarea más dura le correspondió a Enrico, responsable de las fábricas de Pontedera y Pisa.
La decisión de Enrico Piaggio de entrar en el negocio de la movilidad ligera se basó en valoraciones económicas y consideraciones sociológicas. Tomó forma gracias a la exitosa cooperación del ingeniero aeronáutico e inventor Corradino D’Ascanio (1891-1981).

 

El nacimiento de una leyenda

 

La Vespa (“avispa” en italiano) fue el resultado de la determinación de Enrico Piaggio de crear un producto de bajo coste para las masas. Cuando la guerra tornaba a su fin, Enrico estudió cada posible solución para que sus fábricas recuperaran la producción. Se fabricó un scooter a motor, basado en las pequeñas motocicletas construidas para los paracaidistas. El prototipo, conocido como MP5, se denominó cariñosamente “Paperino” (el nombre italiano del Pato Donald) debido a su extraña forma. A Enrico Piaggio no le gustaba, y le pidió a Corradino D’Ascanio que la rediseñara.
Sin embargo, al diseñador aeronáutico no le gustaban las motocicletas. Las encontraba incómodas y bastas, con ruedas difíciles de cambiar en caso de pinchazo. Y lo que era aún peor: ensuciaban por culpa de la cadena de distribución. Sin embargo, gracias a su experiencia aeronáutica encontró la respuesta para cada problema. Para eliminar la cadena, imaginó un vehículo con una carcasa que soportara la tensión y engranaje directo; para que fuera más fácil de conducir, puso la palanca de cambio en el manillar; para que fuera más fácil cambiar los neumáticos, diseñó no un tenedor, sino un brazo de apoyo similar al chasis de una aeronave. Por último, diseñó una carcasa que protegiera al conductor, para que no se manchara ni desaliñara. Décadas antes de la popularidad de los estudios sobre ergonomía, se diseñó la posición de conducción de la Vespa para poder sentarse de forma cómoda y segura, sin tambalearse peligrosamente como en las motos de ruedas altas.
Corradino D’Ascanio solamente necesitó unos pocos días para pulir esta idea y preparar los primeros diseños de la Vespa, fabricados en primer lugar en Pontedera en abril de 1946. Recibió su nombre del propio Enrico Piaggio, quien, mirando el prototipo de la MP 6, con su ancha parte central en la que se sentaba el conductor, y su estrecho frontal, exclamó: “¡parece una avispa!”. Y así nació la Vespa.
El 23 de abril de 1946, Piaggio & C. S.p.A. presentaron en la Oficina Central de Patentes, inventos, modelos y nombres de marca del Ministerio de Industria y Comercio de Florencia una patente para una “motocicleta con un complejo racional de órganos y elementos con una carcasa combinada con el guardabarros y un capó recubriendo las piezas mecánicas.” En un corto espacio de tiempo, la Vespa se presentó al público, generando reacciones enfrentadas. Sin embargo, Enrico Piaggio no dudó en iniciar la producción en masa de dos mil unidades de la primera Vespa 98 cc. El nuevo vehículo hizo su presentación en sociedad en el elegante Golf Club de Roma, en presencia del General americano Stone, que representaba al gobierno militar aliado. Los italianos vieron por primera vez la Vespa en las páginas de Motor (24 de marzo de 1946) y en la portada en blanco y negro de La Moto el 15 de abril de 1946.


 

Del escepticismo al “milagro”:

Los fabricantes y los expertos en el mercado se encontraban divididos: por un lado, había quienes consideraban la Vespa como la cristalización de una brillante idea, por otro estaban los escépticos, que muy pronto cambiarían su forma de pensar. En los últimos meses de 1947 la producción creció vertiginosamente y al año siguiente apareció la Vespa 125, un modelo mayor que pronto se estableció firmemente como sucesor de la primera Vespa 98.

La Vespa “milagro” se había convertido en una realidad, y la producción crecía constantemente; en 1946 Piaggio sacó al mercado 2.484 scooters. El año siguiente pasaron a ser 10.535, y en 1948 la producción había alcanzado ya los 19.822. Cuando en 1950 empezó a fabricarse también en Alemania, la producción alcanzó los 60.000 vehículos, y sólo tres años después salían de fábrica 171.200 vehículos.

Los mercados extranjeros también asistieron al nacimiento del scooter con interés, y tanto el público como la prensa expresaron su curiosidad y admiración. The Times lo denominó “un producto completamente italiano, como no veíamos desde los carros romanos.” Enrico Piaggio siguió fomentando tenazmente la extensión de la Vespa por el extranjero, creando una amplia red de servicios por toda Europa y el resto del mundo. Mantenía una atención constante y un creciente interés en torno a su producto, con numerosas iniciativas entre las que se contaba la fundación y divulgación de los Vespa Clubs.

La Vespa se convirtió en el producto Piaggio por excelencia, mientras Enrico probaba personalmente prototipos y nuevos modelos. Sus perspectivas de negocio transcendieron las fronteras nacionales, y en 1953, gracias a su infatigable determinación, había más de diez mil puntos de venta Piaggio en todo el mundo, incluyendo América y Asia. Para entonces, los Vespa Clubs contaban con más de 50.000 miembros, todos ellos opuestos a la recién llegada Innocenti Lambretta. En 1951 se celebró el Día de la Vespa en Italia, en el que se reunieron más de 20.000 entusiastas. Montar en Vespa era sinónimo de libertad, ágil exploración del espacio y facilidad para el trato humano. El nuevo scooter se había convertido en el símbolo de un estilo de vida que dejó su impronta en la época: en el cine, la literatura y la publicidad, la Vespa aparecía incontables veces entre los símbolos más destacados de una sociedad que estaba cambiando.

En 1950, sólo cuatro años después de su debut, Hoffman-Werke fabricaba Vespas en Alemania; el año siguiente se abrieron sucursales en Gran Bretaña (Douglas, en Bristol) y Francia (ACMA, en París), en 1953 comenzó la fabricación en España por parte de Moto Vespa, Madrid, ahora Piaggio España, seguida inmediatamente por Jette, a las afueras de Bruselas. Se abrían fábricas en Bombay y Brasil, la Vespa llegaba a los Estados Unidos y su enorme popularidad atajo la atención del Reader’s Digest, que escribió un largo artículo sobre ella. Y ese mágico periodo era solamente el comienzo. Muy pronto se fabricaban Vespas en 13 países, comercializándose en 114, incluyendo Australia, Sudáfrica (donde se conocía como “Bromponie”, pony negro), Irán y China. Y empezaron a copiarla: el 9 de junio de 1957, Izvestia informó que iba a comenzar la fabricación en Kirov, URSS, de la Viatka 150 cc, un clon casi perfecto de la Vespa.

Piaggio había empezado muy pronto a ampliar su gama al sector del transporte ligero. En 1948, poco después del nacimiento de la Vespa, empezó la producción del camión Ape (en italiano, “abeja”) de tres ruedas, derivado del scooter, y el vehículo tuvo un éxito inmediato gracias a la amplia posibilidad de usos. Aparecieron numerosas versiones imaginativas de la Vespa, algunas de Piaggio, pero principalmente de sus fans, como por ejemplo, la Vespa Sidecar o la Vespa Alpha de 1967, desarrolladas por Alpha-Wallis para Dick Smart, el agente secreto de una película, y que podía circular por carreteras, volar en incluso utilizarse sobre o bajo el agua. Se habían construido algunos modelos de Vespa para el ejército francés, algunos para transportar especialmente armas y bazookas, y otros para poder ser lanzados en paracaídas junto con las tropas. Incluso el ejército italiano le solicitó a Piaggio un scooter paracaidista.

 

1956: Vespa supera la barrera del millón

Mientras Lambretta empezaba a gozar de un relativo éxito, la Vespa era copiada e imitada de mil maneras: pero la exclusividad del vehículo garantizaba a Piaggio un largo periodo de éxito, tanto que en noviembre de 1953 se rebasó la frontera de las 500.000 unidades, seguida por la del millón en junio de 1956. En 1960 la Vespa rebasó la frontera de los dos millones, en 1970 los cuatro millones, y en 1988 los más de diez millones, convirtiéndose en un fenómeno único en el sector de las motos, y habiendo vendido más de 16 millones de unidades hasta la fecha.

Desde 1946 a 1965, año del fallecimiento de Enrico Piaggio, se fabricaron 3.350.000 Vespas solamente en Italia: una para cada cincuenta habitantes.

El “boom” de la Vespa y las diversas perspectivas de negocio de los hermanos Piaggio, con Enrico concentrándose en la movilidad individual ligera en Toscana y Armando en el campo aeronáutico en Liguria, hicieron que la empresa se dividiera. El 22 de febrero de 1964, Enrico Piaggio adquirió la participación de su hermano Armando en Piaggio & C. S.p.A., quien constituyó entonces “Rinaldo Piaggio Industrie Meccaniche Aeronautiche” (I.A.M. Rinaldo Piaggio).

La Vespa 50 había aparecido el año anterior, 1963, tras la introducción en Italia de una ley que obligaba a que los vehículos de dos ruedas de más de 50 cc estuvieran matriculados. La nueva scooter no tenía que someterse a esta ley, y fue un éxito inmediato. En Italia, la venta de vehículos matriculados descendió un 28% en 1965 en comparación con el año anterior. Por otra parte, la nueva serie 50 de la Vespa, fue un gran éxito. La ligera Vespa fue una exitosa incorporación a la gama Piaggio, y aún se sigue fabricando. Actualmente se han construido casi 3.500.000 Vespas 50 en diferentes modelos y versiones, siendo la última la ET4 50 lanzada en otoño de 2000. Es la primera Vespa de 50 cc de cuatro tiempos, y posee un recorrido récord de 500 km con un depósito lleno.

La Vespa PX (125, 150 y 200 cc) es el mayor éxito de ventas de toda la historia de la Vespa. Es la “original vintage”, lanzada en 1977, ha vendido más de dos millones de unidades, y como tal, es la favorita entre los nostálgicos, pero también entre los jóvenes.

Autor:www.es.vespa.com




 

 

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